Euro Final 8, Araujo-Graça y los hermanos Deus: así llegó Portugal a la final

Los hermanos Deus de rodillas. Pero que la imagen no engañe: soltar la pala en medio de la pista, arrodillarse uno frente al otro y abrazarse fuerte, mientras el banquillo portugués estalla de alegría, es la imagen de una final histórica, la segunda en las 14 ediciones del Europeo para Portugal. En las gradas, el ya famoso tambor del equipo femenino portugués marca otra celebración, las chicas bajan corriendo y el abrazo entre los equipos se convierte en una explosión de felicidad de quienes realmente se han ganado esta final, partido tras partido, punto tras punto. También ayer, contra Italia, hubo máxima tensión deportiva, aunque siempre con fair play. Fue una especie de revancha para los italianos, derrotados por Portugal hace un año en Doha, en la final por el tercer puesto del Mundial. Ese bronce perdido encendió una sana rivalidad, vivida en la pista entre los gritos de Montiel y Abbate y los dos Pedros, Araujo y Graça. El primer set fue para Italia, que jugó mejor que la pareja portuguesa, aún algo rígida.

Pero los dos Pedros, Araujo y Graça, se mantuvieron fuertes de cabeza y piernas, muy concentrados. El segundo set, muy igualado, avanzó hasta el 3-3. Luego llegó el impulso portugués: un break y 6-3, que significó un tercer set decisivo. El equilibrio era total. Las jugadas decisivas se alternaban, y con el público conteniendo la respiración se llegó al 4-4. Los portugueses lograron el break con un punto que fue pura suerte: con 30-40, la pelota tocó la red y cayó muerta. 5-4 Portugal, y el abismo parecía abrirse para Flavio Abbate y Alvarito Montiel. Pero los italianos reaccionaron con fuerza y consiguieron el contra-break. Así se llegó al tie-break, y el triunfo portugués estaba ya al alcance: parcial de 4-0, luego 6-1, y tras un intento de remontada italiana, Portugal cerró el tercer y decisivo set por 7-6.

Un dato lo explica todo: las estadísticas. Los dos italianos tuvieron mejores números en puntos totales (51% vs 49%), en puntos ganados con primer y segundo servicio (76% y 71% vs 67% y 63%), y también al resto (33% vs 24%). ¿Entonces, qué faltó? Portugal aprovechó el 67% de sus bolas de break, mientras que Italia solo el 17%. Esa fue la diferencia: unos 7 de cada 10 contra menos de 2 de los italianos.

Perdido este partido, con la mejor Italia y dos rivales accesibles, las esperanzas de alcanzar la final y repetir el subcampeonato europeo se redujeron al mínimo. Luego entraron en escena los hermanos Deus, con una valoración claramente superior a la pareja Cremona-Graziotti, heroica contra Francia pero menos efectiva ayer: perdieron el primer set 6-1 y mejoraron en el segundo, que los portugueses cerraron 6-4. Así, Portugal se regaló su segunda final europea, después de la de Estoril 2017, en casa, también contra España. Italia, en cambio, jugará por el bronce ante Países Bajos, ya superados en la fase de grupos y derrotados ayer por la gran favorita, España, en la otra semifinal. Y la imagen de los hermanos Deus de rodillas en el centro de la pista queda como uno de los reels más bonitos de esta FIP Euro Padel Cup.